viernes, 27 de septiembre de 2019

LA FIJACIÓN BIOLÓGICA DEL NITRÓGENO EN EL SUELO

El Nitrógeno (N), como hemos visto en un post anterior es un Macronutriente, es decir, de los nutrientes más importantes y más requeridos en mayor cantidad por las plantas.

Nuestra atmósfera se compone químicamente de un 21% de Oxígeno (O2), un 78% de Nitrógeno (N2), un 0,03% de CO2 (Aunque las ultimas mediciones lo sitúan en un 0,04% lo que es alarmante debido al efecto invernadero que este produce y el impacto negativo sobre el cámbio climático), y un 0,97% de Vapor de agua y otros gases.

Cómo hemos visto, la fórmula del Nitrógeno atmosférico es N2 y nuestras plantas toman el Nitrogeno en forma de Nitrato (NO3-) y Amonio (NH4+) mientras que este último no puede ser acumulado en grandes cantidades dentro de la planta debido a su toxicidad. Este Nitrato (NO3-) debe ser reducido a Amonio (NH4+) antes de ser asimilado por las plantas, para esta reducción actúan unas enzimas llamadas Nitrato reductasa y nitrito reductasa.

Estas enzimas son las responsables de la fijación biológica del Nitrógeno en el suelo y se encuentran casi exclusivamente en otros organismos principalmente bacterias.


  • BACTERIAS FIJADORAS DEL NITRÓGENO
Hablamos de una asociación simbiótica (es decir, una relación estrecha y persistente normalmente entre 2 o más organismos simbiontes en la cual todos salen beneficiados) entre el género de bacterias y las raíces de algunas especies que ahora veremos.

La finalidad principal de la planta es beneficiarse del Nitrógeno fijado por el procarionte (Bacteria), algunas de estas bacterias tienen la capacidad de fijar este N2 atmosférico y transformarlo en Amonio bien para el propio consumo de la bacteria o para transferirlo a las plantas (Bacterias simbióticas)

Estos microorganismos al disponer de la enzima nitrogenasa (antes mencionada) son los responsables de la fijación del 65% del Nitrogeno en la Biosfera, esta fijación requiere de mucha energía, la cual es aportada por la planta hospedante (Energía en forma de ATP) en el caso de la simbiósis.

  1. GÉNEROS DE BACTERIAS FIJADORAS
Principalmente las plantas que presentan esta simbiosis son las de la Familia Fabaceae (LEGUMINOSAS, como Algarrobo, retama, haba, garbanzo, alfalfa, etc...) y el género de bacterias Rhizobium y Sinorhizobium
Este tipo de simbiosis entre Leguminosas y bacterias fijadoras de N2 es visible y se manifiesta en forma de los llamados Nódulos, que son unas protuberancias que crea la bacteria en las raíces al infectar la planta y en la cual residen estas y se produce la fijación del Nitrógeno.
Nódulos en raíz de una planta Leguminosa


Nódulos vistos a microscopio
  • OTRAS ESPECIES DE PLANTAS SIMBIÓTICAS
Aunque principalmente sean las plantas Leguminosas las fijadoras por excelencia de Nitrógeno en el suelo existen otras especies principalmente leñosas, que son capaces de formar asociaciones simbióticas con otro tipo de Género de bacterias fijadoras de N2.

El género de bacterias Frankia es capaz de formar asociaciones simbióticas con géneros vegetales como Alnus (Alisos), Eleagnus, Casuarina, Coriaria, Myrica (Fayas, plantas propias de Laurisilva atlántica), Fraxinus (Fresnos), Rhamnus (Espinos negros, Aladiernos, etc...), etc...


En resumen, he aquí la importancia para un ecosistema de la presencia de plantas como las leguminosas, capaces de establecer relaciones simbióticas con estas bacterias para fijar el nitrógeno atmosférico en el suelo, ya que este nitrógeno será imprescindible para el desarrollo de otras especies vegetales acompañantes favoreciendo la riqueza ecológica y botánica de la zona.
La presencia de contaminantes en el suelo (como abonos químicos, herbicidas, etc..) puede afectar MUY negativamente al desarrollo y supervivencia de estas bacterias, así como de las relaciones simbióticas.

LA FAUNA AUXILIAR

El mayor aliado frente a las molestas plagas que podemos encontrar en nuestra huerta ecológica es la denominada "Fauna Auxiliar". ...